1. Una piel cuidada para un maquillaje deslumbrante.
El tónico, la leche limpiadora y la crema hidratante son las mejores amigas de tu piel. Cuídala si quieres que tu maquillaje resalte más. Comienza por hacer una limpieza dos veces al día, preferiblemente mañana y noche y después hidrata tu rostro con una crema específica según tu tipo de piel.
Para tapar las imperfecciones hazte con un buen corrector. Te servirá para deshacerte de las rojeces, manchitas y ojeras. Aplícalo con un pincel dando pequeños toquecitos en las zonas que te interese. Ahora le toca el turno a la base de maquillaje. Es imprescindible que ésta tenga el mismo color que tu piel. Aunque las que son fluidas dejan un aspecto muy natural es mejor que optes por las de textura en crema. Son más resistentes y aguantarán toda la noche para que luzcas perfecta. Para fijarlo aún más aplica polvos traslúcidos con una borla o brocha gord
2. Sube un tono la intensidad de tu maquillaje.
Por la noche debes maquillarte con más intensidad. Piensa que toda la luz que va a acompañarte durante la velada es artificial. Esto provoca que tu maquillaje se vea menos. Por eso no importa si cuando te miras en el espejo de casa piensas que te has pasado, luego te parecerá poco en la fiesta. Anímate con colores vivos y eléctricos no aptos para el día. Es tu oportunidad. Juega a hacer tus ojos más grandes o a remarcar mucho tus labios. ¡Que se note que vas maquillada!
3. Tu mirada será la protagonista.
Tus ojos expresan mucho de ti y serán los protagonistas de la noche. Prueba a hacerte un maquillaje de ojos ahumado con el que lograrás abrir tu mirada y que éstos luzcan más grandes.
El gris, negro, marrón son los más habituales aunque también puedes optar por innovar con colores como el azul eléctrico o el granate combinado con otros más suaves y neutros. Te resultará más fácil hacerlo con sombras ya que son más sencillas de extender.
Utiliza un pincel de pelo corto para extenderlas. Para dar más intensidad al párpado móvil emplea un lápiz del mismo color. Debes rellenarlo con pequeños toquecitos mientras el lápiz permanece tumbado. Procura que no tenga excesiva punta. Después extiende bien con el mismo pincel para lograr el ahumado.
4. El remate final: las pestañas.
No podrás dar tu maquillaje de ojos por acabado hasta que no apliques dos capas de máscara de pestañas. Con el cepillo aplicador péinalas de la raíz a las puntas. Cuanto más consigas separarlas, más tupidas y largas parecerán y nada tendrán que envidiar a unas postizas. Para evitar que se produzcan grumos, puedes mojar un poco el cepillo aplicador en agua.
No te olvides de las cejas para que el maquillaje sea perfecto ya que éstas enmarcan tu mirada. Péinalas con un cepillo especial y rellena posibles huecos e imperfecciones con un lápiz del mismo color. Si son demasiado cortas alárgalas por el extremo siempre con cuidado para que no se note.
5. Consigue que tu boca sea irresistible.
1. Por la noche todo vale. Colores impensables por la mañana son ahora bienvenidos. Desde el rojo pasión, al fucsia o el rosa chicle. También puedes jugar con las tonalidades muy oscuras como el granate o el marrón chocolate.
2. La purpurina y los brillos que se obtienen con el gloss harán que tu boca tenga más volumen. Otra opción es maquillarlos con un lápiz. Comienza por dibujar su forma con uno que esté bien afilado corrigiendo las imperfecciones o defectos. Ahora rellena el interior y retira el sobrante con un trozo de papel higiénico. Con un pincel añade un poco de vaselina o labial hidratante para que se vean perfectos.