Todo el mundo quiere lucir un pelo saludable: por ser el marco de la cara no sólo tiene influencia en la apariencia física sino también en el humor y la autoestima.
Sin embargo, muchas veces en lugar de cuidarlo terminamos dañándolo: el uso de aparatos eléctricos y químicos, factores ambientales y condiciones de salud, repercuten directamente en su apariencia.
Para evitar seguir castigándolo, hay que estar alerta ante los elementos nocivos que lo pueden afectar. ¿Cuáles son? Los repasamos aquí abajo.
Alimentación
El pelo está formado por queratina, una proteína fibrosa presente en la cutícula que determina su brillo y color. El correcto funcionamiento de la queratina depende en gran parte de la dieta: si no consumes suficientes proteínas y vitaminas, difícilmente tengas un cabello fuerte y saludable. Hierro, zinc, azufre y calcio son algunos componentes que no deben faltar en la alimentación.
Lavado
Al lavar el cabello muy seguido se le puede quitar su humectación natural. Asimismo, el uso de shampoos y acondicionadores que no se corresponden con el tipo de pelo o actividad pueden secarlo o engrasarlo.
Secado y moldeado
La utilización diaria de aparatos de calor suele afectar el color y elasticidad del cabello, sobre todo si está seco o teñido. Los profesionales coinciden en que el pelo fino o tratado químicamente nunca debe exponerse a temperaturas mayores a 170 grados. En caso de que se torne frágil, quebradizo, poroso y con puntas florecidas, puede estar dando señales de una exposición excesiva al calor.
Cepillado y peinado
Cepillar el pelo de manera brusca puede desgastar la cutícula y provocar su caída. Esto suele empeorar si se hace al salir de la ducha, cuando está mojado y es un 20 por ciento más débil. Estas conductas, a las que hay que sumarle el uso de peinados tirantes con hebillas y bandas elásticas, son algunas de las acciones más agresivas que nuestro cabello recibe a diario.
Exposición al sol
Es uno de los factores ambientales con más impacto en el pelo. Los rayos ultravioleta tienen el potencial de descomponer sus proteínas y quitarle humedad -del ocho por ciento natural puede reducirse a tan sólo un dos por ciento-, haciendo que se vea más seco y opaco. Como la parte visible del pelo está muerta, la melanina no puede actuar para protegerlo y las hebras tienden a decolorarse.
Cloro o agua de mar
El cloro de la pileta puede volver al pelo seco, débil y quebradizo, además de quitarle su pigmentación natural. La exposición excesiva al agua de mar también puede causar estos efectos, dado que el alto contenido de sal reduce la humedad natural y genera un cabello más seco y quebradizo.
¿Ya descubriste cuál de estos factores podría estar impactando en la apariencia de tu pelo?