Si tu relación enfrenta una crisis es bueno que lo tomes con paciencia y recuerdes los buenos momentos que los unieron.
Asimismo, es preciso que indagues en el problema y trates de solucionarlo. De acuerdo con los especialistas existen seis factores que contribuyen a ponerle fin a la unión de pareja.
Un hombre dice que va a llamar después de una cita romántica y no lo hace. Se le olvida qué quería hacer porque después de un encuentro íntimo el nivel de dopamina disminuye en forma temporal.
Un hombre dice que va a llamar después de una cita romántica y no lo hace. Se le olvida qué quería hacer porque después de un encuentro íntimo el nivel de dopamina disminuye en forma temporal.
1. Te amo pero no te dedico tiempo
En algunas ocasiones el empleo puede ser fuente de desgaste de la relación de pareja y esto afecta más a los adictos al trabajo que descuidan a la familia por las largas horas laborales. Sin embargo, aunque al principio exista cierta comprensión por parte de la pareja, con el tiempo provoca distanciamiento y como consecuencia empobrecimiento en la intimidad e intercambio afectivo, explica Margarito Castro, psicólogo y sexólogo.
De acuerdo con Carmen Aceituno, psicoterapeuta, no dedicar tiempo a la pareja puede ser tomado como indiferencia y agresión pasiva. Es importante entender que convivir con otra persona es un compromiso que requiere tiempo de calidad para enriquecer la relación. Es necesario recordar que así como se programa tiempo para alguna actividad de negocios, de igual manera debe agendarse espacio para compartir con la pareja. Toma en cuenta que no necesitas hacer cosas extravagantes, por ejemplo pueden salir a caminar, correr o ir a cenar juntos. Toma en cuenta que la diferencia entre las parejas satisfechas es la manera como administran, aprovechan y disfrutan su tiempo.
2. Intoxicación de la familia política
El problema con la familia es complicado sobre todo al inicio de una relación, porque el cambio de vida lleva complicaciones inesperadas. Ana Lucía Wever, psicóloga clínica, explica que al momento de tener pareja o casarse debe mantenerse la independencia y una readaptación a otro sistema de vida que ambos construyan. Sin embargo, para que esto suceda es necesario entender las costumbres de la familia de tu pareja y así llegar a negociaciones para crear un nuevo sistema de convivencia.
De acuerdo con Aceituno uno de los errores más comunes es contar los problemas de pareja a los padres, esto provoca que los progenitores interfieran en cada conflicto que surge en la vida marital. A esto se suma que en la mayoría de los casos a los papás les cuesta trabajo entender que su hijo o hija es un adulto independiente, y “a partir del momento que entabla una relación de pareja deben tomar distancia, respetar ciertos límites y aceptar que son otras sus prioridades”, indica Castro.
Wever recomienda que al tomar la decisión de convivir con la pareja, no vivan en la casa de la familia de alguno de los dos porque esto de una u otra forma interfiere y le resta privacidad al nuevo hogar.
3. Dinero, el tercero en discordia
Aunque es un tema difícil y del que nadie quiere hablar es necesario discutir sobre las finanzas y la administración de hogar. Cuando no existe un presupuesto en cuanto al manejo del dinero, es casi seguro que una de las dos partes llega a tener mayores responsabilidades lo que limita las necesidades propias. “Presionar a la pareja para gastar más dinero del que dispone, es una receta al desastre en la vida marital”, explica Castro.
Es necesario que cada uno pueda hablar de forma abierta de sus ingresos, gastos, metas y opinar de cómo administrar el dinero para satisfacer las necesidades de ambos, y tomar en cuenta que los objetivos a alcanzar ahora son en pareja. El dinero mal administrado por uno de los cónyuges desencadena tarde o temprano molestia, confrontación y muchas veces una ruptura.
4. La libertad es más que un derecho
Existen parejas tan absorbentes que no saben dejar solo a su amado o amada ni un solo momento lo cual resulta intoxicante para la convivencia. Los matrimonios saludables son aquellos en los cuales sus integrantes gozan de cierta libertad, esto no quiere decir que no tengan actividades en conjunto. Sin embargo también debe entenderse que cada persona tiene su mundo o espacio personal, el cual incluye intereses propios como el trabajo o amistades.
Cuando una persona pierde su libertad suele presentar ambivalencia entre amor y rechazo, capaz de causar mucha confusión y malestar a nivel personal. En una relación estable no debe existir dependencia, sino por el contrario mucha confianza, encontrando en el ser amado el respeto y la fidelidad por encima de todo.
5. Tareas domésticas, responsabilidad de ambos
En la mayoría de los casos aunque las mujeres trabajen fuera del hogar al llegar a casa hacen tareas domésticas, lo cual es injusto. Es saludable distribuir las tareas dependiendo del tiempo disponible, pero también de las habilidades propias de cada quien. Cuando las reglas son claras cada uno sabe sus responsabilidades y la relación marcha con un aura de armonía y paz.
6. El amor sigue presente, pero la pasión desertó
La sexualidad constituye el valor más íntimo de cualquier pareja por ello es necesario protegerla, respetarla y conservarla. No obstante, existen ciertos hábitos que acaban con la pasión, como la rutina diaria, la falta de tiempo y de atención a la pareja.
De acuerdo con John Gray, escritor del libro Marte y Venus, todo se resume en la falta de atención a las necesidades de los demás. Al principio de una relación, incluso con un reducido nivel de dopamina, un hombre siente la necesidad de complacer a una mujer porque el desafío de gustarle estimula la producción de la hormona. Una vez que el reto desaparece, el nivel de la sustancia se viene abajo. Si además se añade la rutina la caída es mayor, incluso en medio de un ambiente con mucho amor. Además esta reacción provoca un déficit de serotonina de forma dramática en la mujer, lo cual destruye la relación amorosa por falta de pasión.
El comportamiento más adecuado para estimular la producción de serotonina es entregarnos a una relación. Una mujer que tiene un nivel normal de esta sustancia siente la necesidad de dar amor a una persona que tiene el potencial de concederle algo a cambio. Es una relación basada en la reciprocidad. Ella da, pero también recibe. Ella recibe y entonces vuelve a dar. Este equilibrio de dar y recibir hace que las relaciones sean satisfactorias, explica Gray en su libro.
Vía.| http://www.revistaamiga.com/