Las vacaciones escolares son un reto para los padres de familia, sobre todo si ambos trabajan y no se tiene el dinero suficiente como para enviar a los hijos a un campamento especializado o, cuando menos, inscribirlos en un curso de verano donde estén bien cuidados, seguros y entretenidos
Sin embargo, no es el fin del mundo. Después de todo se trata de un tiempo precioso para convivir con la familia y, tal vez, hacer todas aquellas actividades conjuntas que vamos postergando por falta de tiempo.
Así que ármate con una buena dosis de paciencia y permítete recordar épocas pasadas, cuando eras una niña que creaba y compartía su alegría. Verás que pasarás momentos muy agradables, de esos que llenan el corazón.
1. Organiza una competencia de juegos de mesa. Ante tanta tecnología que nos rodea, ¿qué tal enseñar a los niños que pueden disfrutar y convivir jugando de otra manera? Opciones hay muchas en juegos de mesa, depende el gusto y las edades de tus hijos. Invita a sus amigos, a los vecinos, a los primos, a una competencia divertida en la que puedes repartir algunas palomitas de maíz o botanas de zanahoria y pepino.
2. Visita algún parque ecológico. Todas las ciudades tienen alguno; quizá te quedé algo distante de casa, pero aun así puedes organizarlo como una mañana de excursión y llevar comida para preparar un picnic al aire libre.
3. Piérdele el miedo a la cocina. Sí, lo sabemos, incluir a los niños en la preparación de alimentos es todo un reto porque hay que cuidar todo el escenario para evitar cualquier tipo de accidente, por menor que sea. Pero salvando ese obstáculo, pasarás un rato muy divertido preparando una mini pizza al gusto de cada uno o decorando cup cakes con coberturas diferentes.
Evidentemente el menú a preparar estará en función de la edad de tus hijos, ya que no es lo mismo cocinar con niños de 5 o 7 años, que permitir que los adolescentes de 12 o 14 años se animen a ser un chef que elabora un desayuno completo.
4. Estimula las habilidades artísticas de tus hijos. Puedes comprarles hojas especiales para que pinten con crayolas o con las pinturas de dedo que son fácilmente lavables. Haz que los niños vistan algunas prendas que no sufran daños con la pintura y, para terminar la sesión, puedes organizar una exposición con las obras de arte que crearon.
Además de la pintura, si te gustan las manualidades, puedes enseñarles a hacer algo reciclado, a armar flores con papel crepé, tejer algo sencillo o hacer figuras de migajón de colores o plastilina.
5. Tarde de artistas. Propón a tus hijos que escriban y actúen una obra de teatro o que organicen un concurso de canto y baile. El propósito es divertirse y la música siempre ayuda a crear un ambiente de alegría.
6. Una tarde en la alberca. Lo ideal, por supuesto, sería tener el presupuesto para viajar a la playa y pasar varios días jugando en la arena y el mar, pero si no se tiene la posibilidad y tus hijos son menores ¿por qué no compras una alberca inflable y creas una tarde inolvidable? Prepara bebidas refrescantes y botanas nutritivas, para que los niños las disfruten mientras dan rienda suelta a su imaginación.
7. De camping en el jardín. Si tus ocupaciones te impiden salir de fin de semana a acampar, puedes organizar un campamento en el jardín de tu casa. Si no tienes tiendas de campaña, organiza algunas con telas económicas y disfruta con tus hijos viendo el cielo estrellado.
8. Regresando al pasado. ¿Recuerdas a qué jugabas cuando eras pequeña? Bueno, pues ahora tienes la oportunidad de compartir con tus hijos esas rondas musicales, carreras, escondidas y otros muchos que los harán gastar energía y reír mucho.
9. Despierta su creatividad. Permite que creen algunos regalos sorpresa, que intercambiarán entre ellos o que puedes regalarlos a ustedes, sus papás, o a los tíos y abuelos.
10. Enséñales a dar. Este tiempo es adecuado para que hagan una limpieza en sus habitaciones, que saquen la ropa que ya no les queda o los juguetes que ya no quieren y están en buen estado. Ponlos en cajas bien acomodados y llévalos de regalo a alguna casa hogar, donde puedan convivir con niños que están en una situación menos favorecida.