Despertar a los niños, preparar el desayuno, vestir a los niños, llevarles al colegio, pensar en el menú del día, limpiar, coser, comprar, planchar la ropa del marido, preparar la comida, barrer, sacar polvo, poner la lavadora, tender la ropa, recoger la ropa, poner la mesa, recoger la mesa, lavar los platos, limpieza de la cocina, limpieza del baño, cuidar las plantas, cambiar las bombillas, planificar los gastos, limpiar los cristales, etc.
A pesar de estos tiempos tan modernos en que la era digital está en pleno apogeo, cuando se supone que los derechos y oportunidades para hombres y mujeres son equitativos, a pesar de la revolución de la moda y estudios académicos, aún hay miles de mujeres dedicadas exclusivamente a las arduas, invisibles y poco reconocidas labores del hogar.
Todo esto son apenas unas pocas de las muchas tareas del ama de casa, la cual muchas veces hace demasiado, sin reconocimiento, y sin que ella misma disfrute del día como tanto merece.
El cuidado del hogar, hijos, esposo y todo lo que conlleva el buen funcionamiento de un hogar, es una industria muy demandante que la mujer lleva sobre sus hombros, enfrenta riesgos innumerables a los que se les pone poca o ninguna atención, la mujer dedicada al cuidado de su hogar enfrenta en si muchos retos, la disciplina y la educación de sus hijos es una de las principales, pero tampoco puede olvidarse de cumplir como mujer, para que su hombre esté satisfecho, o correrá riesgos de que el “busque en la calle, lo que no tiene en su casa”.
Ser ama de casa no es tan fácil como se ha querido hacer ver “¡qué suerte tienes de estar en la comodidad de tu casa, sin que nadie te mande!”, pero poca o ninguna atención se le pone a lo que la mujer enfrenta, los riesgos a su salud física y mental, entre estos podemos el más común es el “síndrome del ama de casa”.
Es considerable el estrés, el aislamiento y muchas veces la separación del cónyuge, muchas son las causas que pueden provocar un trastorno de salud en el ama de casa, la rutina, el trabajo no reconocido, desagradecido y no valorado. Conviene también tomar en cuenta la actividad física dentro del hogar, que recae sobre todo en los huesos, músculos y articulaciones, recoger objetos, hacer camas, lavar y tender la ropa, y sin darnos cuenta muchas veces levantamos objetos pesados (hay estudios que indican que nos agachamos unas 150 veces al día).
La idea que la mujer pudiera ser profesional y trabajar fuera de casa es algo que hasta tiempos recientes empezó a figurar en el diccionario de las familias modernas, aun así, la mujer siempre lleva la mayor parte de obligaciones, porque además de todo lo que conlleva el buen funcionamiento de una casa limpia e hijos bien cuidados, tiene también la obligación de cumplir con un horario laboral, porque al ser una de las partes contribuyentes y muchas veces la única, la obliga a dividirse en dos y se olvida de si misma siempre pensando en los demás y sin darse cuenta llega a la depresión, que muchas veces se confunde con tristeza, pero no es así, nuestros estados de humor bajan y suben de acuerdo al momento, pero la depresión es o podría ser un estado constante provocado por pensamientos negativos:
1. “A nadie le importo"
2. “Mis amigas no se acuerdan de mi”
3. “Nunca tengo dinero para comprarme nada”
4. “Mi esposo me culpa por todo”
5. “No soy buena para nada”
6. “Hasta el perro es mas importante que yo”
Por todo esto es necesario identificar los malos pensamientos que provocan la depresión, ignorarlos es resignarse y muchas veces los pensamientos mismos tienen la clave para la solución.
Es muy importante reconocer cuando una mujer o nosotras mismas estamos cayendo en el “síndrome del ama de casa” los síntomas muchas veces son fáciles de reconocer y la atención inmediata podría salvarnos
de una depresión profunda.
Síntomas de depresión:
- Un estado de tristeza continúa.
- Sentirse ansioso sin razón aparente.
- Descuido físico.
- Sensación de vació.
- Sentimiento de culpa.
- Sentirse inútil e incapaz.
- Insomnio, o dormir excesivamente.
- Incapacidad en la toma de decisiones.
- Todo esto podría llevar a la mujer ama de casa a riesgos de enfermedades físicas y mentales o a crisis familiares, muchas veces irreversibles.
- Problemas de convivencia.
- Crisis de pareja.
- Trastornos en la salud física y mental.
- Aumento de peso y hasta vicios.
Todo puede darse como resultado de buscar como o con que compensar sus carencias por medio de excesos de comer, consumo de alcohol y fármacos (pastillas para dolores inexistentes).
Es necesario tomar conciencia , encontrar las causas y en que se esta contribuyendo para corregirlas, las mujeres en su mayoría saben que el reconocimiento o concienciación familiar es poca o no existente y mucho menos gratificada, porque todos dan por sentado que siempre hay “alguien” que cuida de los detalles para una familia feliz.
Tratemos entonces de pensar en nosotras mismas, buscando las soluciones en las que la beneficiada es y debe ser el ama de casa, teniendo siempre presente que si nosotras no lo hacemos por nosotras mismas, nadie más lo hará.
La mujer ama de casa debería incorporar actividades que le haga sentirse cómoda y satisfecha consigo misma, tratar de disminuir el trabajo de la casa, asignando actividades a los hijos que ya estén en edad de contribuir, aun en una mínima parte, evitar la auto exigencia, aceptar sus propios limites, revisando constantemente la autoestima y trabajar en ella.
Todas la personas sentimos cansancio y esto no es nada anormal, pero sí algo que debemos aceptar después de un día de trabajo, especialmente en el ama de casa que trabaja desde el despertar hasta que los hijos se van a dormir, para todas las mujeres o para la mayoría el buen funcionamiento de su hogar es primordial, el cuidado de sus hijos y de su esposo no es algo que deje en segundo plano.
Pero es necesario también recordar que para lograr que todo este en condiciones óptimas, la mujer debe estarlo primero que todos los demás, no podemos ofrecer lo que no tenemos, no podemos hacer felices a los nuestros, si nosotras no lo somos, no podemos hacer que los nuestros no caigan en una depresión si la mujer misma, no se cura del “síndrome del ama de casa”.