Durante el verano, debido al calor, la sudoración aumenta y con ello se favorece la aparición de hongos en la piel. Estos hongos aparecen en forma de manchas de color rojo y producen picores, sobretodo en los dedos de los pies, en la parte inferior de las mamas y en el tronco.
Para evitar su aparición es recomendable que nos sequemos bien después de un baño en el mar o en la piscina, insistiendo sobretodo en las zonas más sensibles anteriormente nombradas. Sin embargo, aún es más importante tomar las medidas adecuadas para evitar un exceso de sudoración.
1. Cómo vestirse para sudar menos
La tela de algodón facilita la transpiración de la piel durante el verano; así como el lino y la seda. Asimismo, la ropa debe ser de color claro, de modo que no atraiga el calor del sol y, si es posible, el proceso de tintado debería ser natural. Tampoco debemos usar ropa muy ceñida al cuerpo, pues ésta irritará nuestra piel.
Estas recomendaciones también las debemos aplicar a nuestra ropa interior. No debemos usar sujetadores que nos opriman demasiado el pecho o fajas que opriman nuestro estómago. La comodidad y la transpiración de nuestra piel es fundamental en épocas de calor. En cuanto al calzado, debemos usar sandalias o zapatos descubiertos que permitan respirar a nuestros pies.
2. Higiene y hábitos de alimentación
Además de vestirse adecuadamente, también es importante lavar nuestro cuerpo con un jabón adecuado, que no irrite nuestra piel ni que la reseque demasiado. Para dar con él, lo mejor es consultar a nuestro dermatólogo, que hará un diagnóstico de nuestra piel y nos recomendará un jabón a nuestra medida. Si además tenemos un vello abundante, quizás también sea conveniente depilarse, esto ayudará a nuestra piel a transpirar mucho mejor y el sudor no quedará retenido en los pliegues de nuestro cuerpo. El uso de desodorantes y antitranspirantes también es recomendable, pero como en el caso del jabón, es recomendable que no sean demasiado agresivos.
Por otro lado, la alimentación es también muy importante. Hay que hidratarse bebiendo como mínimo dos litros de agua al día, pero evitando el té o el café caliente, pues estas bebidas solo conseguirán aumentar la temperatura corporal y empeorarán la sudoración.
Los alimentos como la fruta y las verduras nos ayudarán a mantener una dieta equilibrada a la par que mantendrán nuestro cuerpo hidratado durante el día. Sin embargo, los vegetales como el ajo, los espárragos y la cebolla no son amigos del calor.
Por último, si a pesar de todas estas recomendaciones vemos que seguimos sufriendo una sudoración molesta y continua, debemos acudir al médico. Solo él puede diagnosticar si sufrimos una patología relacionada con el exceso de sudor y, en consecuencia, nos recomendará un tratamiento eficaz para dicho problema.
Vía.| Diario femenino