Seguramente muchas veces nos hemos sorprendido al enterarnos del rompimiento de una pareja que creíamos que llegaría al altar.O peor aun nos ha costado aceptar que la relación que creíamos para siempre termine de la noche a la mañana.
Esto ocurre porque mantener una relación de pareja es bastante difícil pues requiere no sólo de amor y pasión entre ambos integrantes, sino también de bastante paciencia, perseverancia, respeto y comunicación.
Existen diversas formas de enamorarnos e ilusionarnos con alguien. Hoy en día, hombres y mujeres son conquistados de distintas maneras, con palabras, poemas, canciones, flores, chocolates, regalos, etcétera. Para luego esforzarnos en el ámbito sexual y cuando sentimos que el amor y la pasión reina en nuestra vida nos lanzamos con la famosa pregunta: ¿quieres ser mi enamorada, mi novia o mi esposa? Finalmente, cuando obtenemos el esperado “sí quiero” nos sentimos los más afortunados del mundo.
Lamentablemente, en muchas relaciones de pareja, en algún momento, uno de los dos o ambos sienten que la relación no es la misma, que el amor se acabó, que alguien está indiferente, que son muy opuestos, o que hay alguien más, entonces solo queda algo por hacer: pelear, discutir y terminar la relación.
Es extraño cómo aquello que construimos con amor, paciencia y voluntad se derrumbe con una palabra hiriente, una mentira, una infidelidad, una decepción o un acto de violencia. Esto ocurre cuando la paciencia y la comunicación se resquebraja. Cuando percibimos esto debemos ser sinceros con nosotros mismos y luego decirle la verdad a la persona que significó mucho en nuestra vida. Este artículo pretende enseñarles a cortar sanamente una relación amorosa sin lastimar a la otra persona ni a los hijos (si es que los tiene), conservando bonitos recuerdos y un gran cariño hacia la persona que nos acompañó y nos dio todo su amor.
Lo primero que debe tener presente cualquier pareja es la comunicación. Hablar con la verdad es una muestra de madurez en una relación. Si hay algo que lo angustia o molesta debe hacérselo saber a la otra parte cuanto antes, no piense que será mejor que lo diga mañana o después. Si luego de haber conversado no logran un acuerdo y descubren que la relación no funciona, que no puede continuar, es mejor la separación temporal o permanente. Esta actitud permite que con el tiempo se establezca por lo menos una relación de amistad.
La sinceridad y el respeto son las herramientas que permiten culminar una relación de la mejor manera. Es mejor tratar de cortar la relación sin que ninguno de los dos salga lastimado, ni convertirse en enemigos irreconciliables.
Hoy por hoy, se nos ha demostrado que tanto hombres como mujeres poseen los mismos derechos. Esto a su vez ha permitido que, incluso, en cuestiones del amor, hombres y mujeres se comporten con igualdad y asuman las mismas responsabilidades. Cada vez más, las mujeres son capaces de tomar la iniciativa en una relación y los hombres demuestran que también pueden ser románticos, detallistas y muy sentimentales. Esto ha generado que algunas relaciones amorosas triunfen, pero también que muchas fracasen.
Un gran número de mujeres y hombres deciden estar juntos, pese a tener diferentes creencias e ideas. Esto debido a que al principio creemos que las diferencias pueden ser superadas con el tiempo. Sin embargo, si no aprendemos a ser tolerantes, o si sentimos que no podemos soportar ciertos aspectos de la otra parte y creemos que existe alguien mejor para nosotros es mejor terminar la relación y decirle abiertamente a nuestra pareja las razones de nuestra decisión. Tal vez en un futuro puedan ser amigos o, incluso, puedan retomar la relación amorosa.
En resumen, cuando uno decide estar con alguien debe saber que mantener esa relación requiere de mucho esfuerzo. Pero si aun así descubrimos que esa persona que amamos no nos hace feliz, sino todo lo contrario, es mejor terminar la relación por las buenas sin empeorar las cosas ni ganar odios o resentimientos.