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¿Qué es y para qué sirve la parafina ?

 
 
 
La parafina es uno de los productos más utilizados en estética. Los tratamientos de parafina en estética se utilizan en ocasiones como reductores, aunque su aplicación estrella es para hidratar la piel, especialmente en manicuras, donde tiene una gran cantidad de adeptos y consigue resultados realmente buenos.
 
Propiedades y usos de la parafina
 
La parafina es un producto derivado del petróleo cuyo uso más popular (al menos hasta hace poco) es en la fabricación de velas, donde se usa desde hace siglos. Su nombre, parafina, viene del latín “parum” y “affinis” y significa “que tiene poca afinidad. Este derivado del petróleo es una sustancia inerte y muy estable, cuyas cualidades la hacen cada vez más popular en aplicaciones fisioterapéuticas y en tratamientos de estética.
 
Además, por sus propiedades, la industria cosmética la utiliza cada vez más frecuentemente como ingrediente activo en cremas, en las que adquiere una consistencia similar a la vaselina.
 
En tratamientos de estética, la parafina se utiliza en su estado líquido. Para fundir la queratina se usan unos fusores de parafina especialmente diseñados para que adquiera la consistencia y temperatura adecuada. Sus dos principales aplicaciones en belleza son como tratamiento reductor y como tratamiento suavizante e hidratante para la piel.
 
 
Tratamientos reductores con parafina
Para este tratamiento se utiliza parafina en estado líquido, a una temperatura elevada. El tratamiento reductor con parafina es ideal para aplicar en caderas y piernas, que es donde más se suele acumular la grasa, aunque –exceptuando la cara- se puede realizar en cualquier parte del cuerpo.
 
El tratamiento con parafina reductor dura aproximadamente una hora y tiene dos fases:
 
 
·      En la primera fase, se aplica la parafina sobre la zona a tratar a una temperatura cálida (ojo, no quemar a la paciente) acompañando la aplicación de un masaje que active la circulación. Una vez aplicado, sumamos calor aplicando mantas térmicas de modo que estimulemos la transpiración y se eliminen toxinas. Esta fase busca la vasodilatación a través de la aplicación de parafina y calor.
 
·     En la segunda fase, lo que haremos es, primero, retirar el calor y la parafina, para luego aplicar frío y provocar una vasoconstricción. Aplicamos en esta segunda fase, para obtener mejores resultados, cremas con activos reductores con un masaje en la zona.
 
Tratamientos hidratantes y suavizantes con parafina.
 
La parafina se utiliza también con muy buenos resultados en tratamientos suavizantes e hidratantes de la piel. En este tipo de tratamientos también se aplica en su estado líquido, consiguiendo que la piel realmente aparezca mucho más suave e hidratada. Para obtener un resultado realmente bueno es aconsejable que el tratamiento lo realice un profesional.
 
 
El tratamiento con parafina caliente funciona de la siguiente manera: La queratina caliente hace que la humedad de la piel suba a las capas superiores. Sin embargo, la parafina endurecida es impermeable y esa humedad no puede salir con lo que vuelve a la piel hidratando cada nivel de ella de un modo profundo.
 
 
El procedimiento que se utiliza con parafina es el siguiente:
 
  1. Limpiar y desinfectar la zona a tratar a conciencia.
  2. Aplicar con un leve masaje una crema humedectante sobre la zona.
  3. Calentamos la parafina en un calentador de parafina a una temperatura elevada pero que no supere los límites de tolerancia de la piel.
  4. Para aplicar la parafina sobre la zona a tratar podemos sumergir la zona muy despacio (ideal para las manos o pies) o bien aplicar la parafina con un pincel si la zona no fuera sumergible. Si lo hacemos por inmersión, en manos y pies, intentar que los dedos estén lo más separados posibles.
  5. Repetimos este proceso de aplicar parafina tres o cuatro veces, según sea el espesor de la parafina, hasta conseguir un grosor adecuado.
  6. Una vez aplicada la parafina, procedemos a cubrir la zona con plástico, o introducirla en un plástico si fuera posible (ojo, en la cara no es procedente o se asfixiaría nuestro cliente) y la cubrimos con toallas para evitar que se vaya el calor.
  7. Es importante que no se mueva la cliente mientras esté puesta la parafina ya que ésta tiende a resquebrajase y si eso sucede no surte efecto el tratamiento. Cuando la parafina se sienta fría, se retira cuidadosamente.
 
 
La piel aparece tras este tratamiento con parafina mucho más suave y resplandeciente, como la seda.
 
Vía.| www.blog.quieru.com