El mal olor aparece porque el pie no respira bien, como por ejemplo ahora en verano, con las altas temperaturas llevando calzado deportivo con calcetines hacen que el pie sude. Esto no significa que en verano estén prohibidas las zapatillas, sino que si hay que usarlas, se hagan en un tiempo determinado y con los consejos que detallaré después.
Como decía, el pie desprende bacterias y microorganismos que son los que producen el mal olor. El mal olor es un problema personal y social, te afecta a tí y crea un conflicto con los de tu alrededor. A parte de que no es higiénico pues pueden aparecer hongos e infecciones.
Pero el olor en muchos casos no se puede evitar, ya que se produce por una enfermedad de la piel conocida como podobromhidrosis (crecimiento y colonización de gérmenes que requieren tratamiento).
Para quitar el mal olor de los pies, y evitarlo, muchos recurren a lavar diariamente las extremidades. Esto está bien hecho, pero no es suficiente, es aquí donde entran en juego los consejos:
- Lavado diario y secado exaustivo para eliminar la humedad. Posteriormente revisar la piel por si presenta manchas, heridas, granos, etc. El jabón a utilizar que sea con un pH ligeramente ácido y que el tiempo de remojo de los pies no sea superior a 5 minutos.
- Utilizar talco podológico especialmente en los lugares interdigitales (entre los dedos) para evitar la hipersudoración. Se puede encontrar también como deshodorante y en forma de crema.
- Calzado con transpiración. No usar los mismos zapatos cada día. Utilizar plantilla de carbono (facilita la transpiración del pie). Tirar los zapatos que tengan olor y cuando se mojen secar bien la piel de los zapatos.
- En invierno utilizar calcetines de lana o algodón mientras que en verano, si hay que utilizar, que sean de lino o seda. Evitar en todo lo posible el nylon y cambiar cada día de calcetines.
- Y por último, dedicado a los que frecuenten duchas públicas ya sean de gimnasios, piscina, etc. lo hagan siempre con unas chanclas (para evitar infecciones).
Vía: Consumer