Muchos niños no tienen ánimos para celebrar nada en estos días ya que han recibido la triste noticia de haber repetido el año escolar. Por lo general, los padres se sienten muy molestos y asumen que todo es “por culpa del hijo” y la primera interpretación es que es un chico flojo, vago u ocioso.
Sin embargo, esto no necesariamente se ajusta a la realidad. Este joven tiene un nivel de ansiedad sumamente alto, aunque no lo manifieste.
La familia, lo que se vive en cada hogar y la manera de acompañar a los niños en sus estudios tiene una incidencia fundamental en los logros académicos y emocionales de nuestros hijos.
Cuando un hijo repite de año se produce un caos familiar y muchas veces no se puede disfrutar de estos días de fiesta, se le castiga y condena antes de cuestionarnos por qué repitió de año. Surgen las acusaciones, los reproches, se asumen las culpas y deslindan responsabilidades.
El niño que repite de año presentará lesiones en varias áreas:
- Su autoestima: siente que ha fracasado, que no es digno de amor y que el próximo año se enfrentará a un grupo al que no pertenece. Este chico suele sentir que es una vergüenza y que todos lo notarán.
- Su capacidad intelectual: Es consciente del grado de dificultad intelectual que ha tenido y si no se ha detectado bien cuál es la causa de la repitencia es posible que sienta que esto se debe a su incapacidad intelectual. Es necesario en este momento diferenciar a qué se debió el fracaso escolar.
- Su capacidad de aprendizaje: En muchos casos no se ha hecho un buen diagnóstico para saber si hay una falla en el proceso de aprendizaje y todo es catalogado como flojera o mala conducta.
Es muy importante que los padres puedan detectar las verdaderas causas de la repitencia, tanto en el niño, en el colegio como en la familia y puedan encontrar una vía de ayuda para este hijo.
Algunas investigaciones han demostrado que entre un 30 y un 50 por ciento de los fracasos escolares se deben a causas emocionales. Estamos hablando de trastornos como:
1. Depresión
2. Baja autoestima,
3. Trastornos de ansiedad,
4. Psicosis o neurosis.
Pero el niño no está solo en su mundo sino está inmerso en una familia y ésta afecta al hijo. Cuando su núcleo enferma emocionalmente, el hijo puede repetir el año. Veamos algunas causas o dinámicas familiares:
1. Situaciones especiales que alteran el núcleo familiar como la muerte o enfermedad de uno de los padres o de alguien que el niño o adolescente ama mucho.
2. Cuando ha sido abandonado o separado de su madre o padre ya sea por divorcio, separación o por motivos de trabajo.
3. Cuando los padres toman como modelo educativo la severidad excesiva o disciplina extrema.
4. Cuando los padres están dando mensajes constantes sobre lo que ellos esperan de su hijo: un hijo perfecto. Los hacen creer que siempre tienen que ser los mejores y esto lesiona su autoestima ya que les crea una sensación que “jamás lo podrán lograr”.
5. El exceso de protección hace también que el niño o adolescente no se esfuerce y no luche por crecer, se sigue manteniendo en una posición infantil y no puede aprender a lidiar con retos.
6. Falta de cariño, indiferencia de los padres
7. Los problemas en el rendimiento escolar con las nuevas adicciones infantiles y juveniles: la televisión o los videojuegos y la computadora, pues cuando no existe control termina ocupando el lugar del deseo por aprender.
8. El fracaso también tiene que ver con la situación de tantos niños y jóvenes que están solos en casa porque los padres trabajan todo el día y no tienen apoyo.
9. También se presentan problemas cuando hay adicciones a las drogas en el hogar.
Fuente. http://radio.rpp.com.pe/