1. Cada vez que sientas esta ansiedad, que debes conocerla muy bien, haz un estudio a lo que está pasando en tu vida: ¿qué te molesta? ¿tuviste una pelea? ¿te sientes deprimido? La meta es saber cuál es la situación que desencadena esta sensación.
2. Acepta que esto es un problema que se puede convertir en enfermedades graves y llevarte a la obesidad. Debes tratarlo como algo serio, aceptarlo y abrir tu mente a intentar otras formas de vida.
3. Si después de revisar qué pasa en tu vida te das cuenta que no sientes la ansiedad por problemas sentimentales, entonces posiblemente es porque has comenzado una nueva dieta a la que no te has adaptado. Trata cada día como uno a la vez y no pienses que estarás 3 años sin comer nunca más un chocolate. Este tipo de pensamientos te hará sentir más ansiedad aún.
4. Date, de vez en cuando, un gusto. Permite incluir en tu dieta porciones pequeñas de algo que te guste mucho, o sustitutos. Digamos que te gustan las patatas fritas, no necesariamente tienes que comerlas de nuevo pero puedes hacer una versión al horno que quedan igual de tostadas y con excelente sabor.
Fuente. http://menoskilos.com/